Se sabe que en Argentina los jubilados no son millonarios, ni mucho menos. Con la jubilación mínima que no alcanza ni siquiera a cubrir la canasta básica de este sector de la población, muchas veces el dinero no alcanza, sobre todo cuando hay algún imprevisto que requiere dinero urgente y que, por razones obvias, un jubilado no lo tiene porque vive al día. En estos casos, existen diferentes herramientas para solucionar este problema mayúsculo, y muchas son bastante simples.
Una de las opciones para obtener dinero rápidamente es a través de microcréditos. La definición original de Microcrédito es que es un Préstamo de bajo monto o cuantía a bajo interés que pueden ser concedido tanto por una ONG como por una entidad financiera o bancaria a personas que, por ser insolventes, lo necesitan para poder financiar una actividad generadora de beneficios. Los plazos son más cortos que los créditos tradicionales y, tal como comentamos, también los montos otorgados.
Sin embargo, con el paso del tiempo el alcance de los microcreditos creció y, hoy por hoy, alcanza a cualquier persona, pudiendo utilizarse también como préstamo de consumo. Los microcréditos se caracterizan por ser ágiles (esto es, rápido otorgamiento), brindar facilidades en la gestión del crédito (se pueden refinanciar al término del mismo), y ser bastante flexibles en su trámite, dado que no hay que cumplir con tantos requisitos de formalidad como en la banca tradicional.
Y es justamente esta la razón por la cual los microcreditos son muy interesantes cuando se necesita rapidez en la obtención del dinero, ya que las 24 o 48 horas que tarda en salir un microcrédito se contrastan con las semanas que tardaría en la banca tradicional. Por esta y más razones, el desarrollo del microcredito crece a pasos agigantados en todo el mundo. Incluso en España, donde a través de entidades privadas como Vivus, el mercado de los microcreditos se encuentra muy desarrollado y con tasas de crecimiento exponenciales. Esperemos que tambien crezca en Argentina.
De hecho no esta nada mal el juego, me ha facilitado beneficiosos momentos y de igual forma desastrosos.